de parte de ellos, en aquella fecha tan temprana, y delante de semejante concurrencia. És sólo su manera de reprender suavemente el espíritu de incredulidad, tan natural, aun en los mejores de los hombres, quienes están rodeados por un mundo materíalista, y así despertar en ellos un deseo sano de deshacerse de este espíritu. 31. No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos? 32. Porque los Gentiles buscan todas estas cosas—más bien, “persiguen”. Como los
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